Para mostrar efectividad en la guerra contra las drogas, el Estado mexicano construyó una narrativa basada en la violencia, la persecución y el encarcelamiento masivo. Una década y media después deja un saldo de más de 350 mil muertes y casi cien mil desapariciones. Lejos del discurso de persecución a los grandes narcos, las cárceles se pueblan de mujeres pobres dedicadas a actividades de bajo rango y alto riesgo. La regulación será feminista o no será.
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